28 de agosto de 2012

Playlist XXX

A ver cómo salgo de este embolado.

Pues nada, lista de reproducción sobre sexo. Canciones que hablan de sexo o nos recuerdan a él, evidentemente, no explicaré por qué. La lista puede parecer poco "light" pero mejor que sea así porque, con mi tendencia a enrollarme, empiezo a divagar y no es plan. Más que nada por pudor y por si se me escapa alguna burrada, no es que tenga mucho con lo que enrollarme tampoco. De todos modos, eso de que sea una playlist "light" también dependerá de la imaginación que cada uno le eche...

Ha quedado una lista con canciones muy diferentes y de gente muy distinta, cada una de su padre y su madre, vamos. Espero haberlas acoplado bien en la playlist, porque ya se sabe que a veces eso de acoplarse no es tan fácil.



A los de mi generación, cuando pensamos en una canción sobre sexo, lo primero que se nos viene a la cabeza ya no es el "Je t'aime... Moi non plus" de Serge Gainsbourg ni tampoco los mangos maduritos de Paulina Rubio, sino el "Let's talk about sex" de Salt'n'Pepper. Eso es algo que le encanta a Jarvis Cocker, sobre todo hablar sobre la vida sexual de los demás, algo habitual en los que van escasos de ella. En la época del His'n'Hers lo debió pasar mal porque está a rebosar: primeras veces, embarazos adolescentes, encuentros fortuitos, cosas que llegan donde él no puede llegar... o madres que preparan el té entre gemidos, como en "Acrylic afternoons". Reconozco que a mí las letras de ese disco de Pulp me impactaron mucho en mi adolescencia, pero si hay alguien que me dejó la boca más abierta que el episodio del pecho furtivo de Sabrina, ese fue Prince. Mientras me montaba mis coreografías en mi cuarto, mi inglés de sexto de EGB ya me daba para sospechar que eso de "23 positions in a one night stand" sonaba un poco raro, y con el vídeo ya, aunque nunca haya estado muy espabilada, se me despejaron todas las dudas.


El que tampoco debía ir muy sobrado de "espabilamiento" era Brett Anderson, porque eso de que era bisexual no se lo creía ni él por mucha pose y mucho pendiente que se pusiera. El señor Anderson era y es una bestia parda, y nadie entiende cómo la tonta de Elastica le pudo dejar por Damon Albarn de Blur, que antes de convertirse en un hombre ¡llevaba chándal!: sú-per fuer-te. 
Aun así, le valió para conseguir lo que quería, ya que según cuenta la leyenda, uno de los propósitos de Suede era colar una canción que hablase abiertamente de sexo en las listas de éxitos. Y ese objetivo lo consiguió "The Drowners", que es muy ambigua y venía un vídeo en el que tanto Brett como Bernard Butler parecen sacados de un catálogo de chaperos de la Alemania del este (con todos mis respetos a los chaperos y a la Alemania del este). En cualquier caso, eso de que un hombre cantase sobre estar en la habitación de otro hombre, tuvo su momento rompedor, para mí casi tanto como las letras de Mecano, que ahí era pequeña, eran otros tiempos y no entendía nada: "mi amigo, tu amiga, tú y yo", ¿cómo?

Y si Anderson es un "stage animal", Jon Spencer ya... que traigan el mocho. Un auténtico profesional del sudor más sudoroso y el grito más censurable al más puro estilo "let me put it in" que cantaba Andre Williams. Además, con Spencer es totalmente cierto -y se lo curra para que lo sea- lo de la erótica del poder, porque yo he coincidido en el mismo pub que él (antes de que tocase con Heavy Trash) y vale: me puse nerviosica, pero hay que decir que yo me pongo nerviosa hasta de tener que preguntar la hora y que, en realidad, Jon Spencer al natural no tiene nada que ver con eso en lo que se transforma cuando se empapa de sudor. Incluso cuando lo vi tocar con Boss Hog, el grupo de su mujer (extremeña, por cierto) nos costó hasta reconocerlo, porque estaba en una esquina tocando tan tranquilamente y era ella quien le robaba todo el foco.
Ya digo, un auténtico profesional, lo mismo da que hubiera elegido "Ditch" que cualquier otra canción, lo da todo en todas, aunque ese "I wanna dig that ditch" (que literalmente significa "quiero cavar esa acequia" ¿?) me pareció que podía valer. [Pues "Ditch" no está, así que la canción que resume el párrafo: "Sweat"]

Blues Explosion
Pese a las artes de Jon Spencer, cuando vimos a Jon Specer Blues Explosion en Alaquàs, el grupo de jovenzuelas (llevé a algunas convencidas por mis alabanzas sobre Spencer, y se fueron satisfechas) también se fijó en el Joshua, que es el bajista (y el pedazo batería también pero años más tarde, qué le vamos a hacer: las hormonas adolescentes). Al pobre lo pillamos yéndose a la furgoneta y le empezamos a gritar cual fans de los Backstreet Boys o lo que haya ahora; hasta que no nos saludó, no paramos (nos costó lo suyo y acabo de descubrir que seguramente fue porque ¡se llama Judah! ¡me parto!). Sólo queríamos que nos dijera "hello", nosotras más contentas que nada (expresión idiota donde las haya).
Ya había aprendido otro año que hay que tener cuidado con lo "simpática" que se sea con los componentes de grupos de música. Tras el concierto de Nada Surf, también en Alaquàs, estaba con Mireia hablando con el Mateo, igual que estaban haciendo otro par de chavales o tres que andaban por ahí; el cantante desapareció un momento para ir a por unas camisetas que nos iba a regalar y uno de los chicos aprovechó para decirnos que en realidad estábamos allí para ver "si nos daba otra cosa". Nos fuimos con las camisetas y la lección aprendida: si los chicos hablan con la gente de los grupos, son fans, si lo hacen las chicas, son groupies. Evidentemente habrá acercamientos a los músicos por parte de las féminas con fines erótico-festivos (por suerte, porque si no muchos ni siquiera se montarían el grupo) pero de ahí a que se nos quite el derecho a poder compartir experiencias o agradecer un buen concierto a alguien con quien, en principio, tienes algo en común, me parece injusto y machista. Y no creo que la cosa haya cambiado mucho desde aquel concierto de Nada Surf en Alaquàs.

Tras el sermón, no me enrollo con Dávila 666. "Callejón" es obvia y es hormona en puro estado de sensación de vivir. Supongo que tendrá que ver el hecho de que deben ser muy jóvenes, muy normales (pero con mucha actitud, que dicen que es lo que hace falta) y muy de Puerto Rico, donde seguramente hay algo de esa doble moral de muchos países latinoamericanos donde todos son muy católicos pero todo el mundo tiene hijos de no se sabe muy bien quién o las chicas no hacen top-less pero llevan bikinis pezoneros y tirachinas sobre sus partes. "Vamos a abusarnos, aunque nos rompa el corazón". Larga vida a Dávila y a la hormona. 

"First it giveth" igual es una elección demasiado personal, porque eso de "I'm in you, you're in me" igual se refiere a las drogas o vete tú a saber. La verdad es que la letra no aclara mucho; de todos modos, los Queens Of The Stone Age no parecen mucho de letras profundas. Disimulan porque hacen muy bien lo que hacen y colaboran con gente como Mark Lanegan, que parece un señor muy serio y denso, aunque digo yo que, aunque sea un señor muy serio y denso también hará -o debería hacer- lo que buenamente pueda. En fin, a mí este tema me cuadra muy bien en la playlist; no sé si será ese principio -y que me perdonen- un tanto reaggeton o los "aaah" de después. En cualquier caso, estos señores no son de andarse con rodeos. Los padres pueden utilizar este vídeo para no tener que echar mano del típico "papá pone una semillita en el vientre de mamá... y la empuja con la *****"


Ya sé que igual "Penetration" roza lo soez pero ¿de qué estamos hablando? No es que sea la mejor canción de los Jesus & Mary Chain pero da igual porque tampoco tienen ninguna mala y además: eran im-pres-cin-di-bles en esta playlist
Un año, por San Valentín, hice un par de recopilatorios para regalar a unos amigos: uno era de amor y otro de desamor. En el de amor quería poner la versión que hacen los JAMC del "My Girl", el de toda la vida de la peli de la chiquilla y el Macaulay Culkin, el pobre, que dicen que "una chica nunca lleva suficiente sombra azul" y esas cosas, en fin: "My Girl", canción súper bonita y de súper amor. Pero me equivoqué y metí el track que no tocaba: "Penetration". Claro, pese a que el amor se supone que algo de "penetration" tiene que conllevar en algún momento y que era un regalo para colegas, me dio una vergüenza... todo el CD con baladitas y moñadas, y de repente salta el Jim Reid con sus grititos y su "give me penetration", ups, qué lapsus. 
Y como ya estamos en plan "burraco", lo dejo con la que, según mi profesor de cine clásico, es la escena más pornográfica de la historia del cine, no sólo de las que lograron saltarse la censura sino de toda la historia del audiovisual. Hay que echarle imaginación pero poca, porque si le echas mucha es una auténtica barbaridad. De hecho, no voy ni a incluir el vídeo porque me ruborizo, aunque se puede ver aquí; los más impacientes (ejem) pueden pasar directamente al minuto 3:50. 

3 comentarios:

  1. Pudorosa Raquel. Fantastic¡

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  2. Primera cita en un bar de Malasaña. Lo bailaban todo, cantándose uno al otro.
    Mientras, nosotras les mirábamos desde una mesita con malicia, sobre todo cuando pincharon el gran tema:
    "Dime, dime si tú eres
    clitoriana o vaginal"

    Qué recuerdos!
    M.G.

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